El Real Decreto 214/2015 sobre huella de carbono es una referencia clave para todas aquellas empresas que lo que buscan es alinearse con los objetivos de sostenibilidad que se ha marcado España. Este marco normativo promueve el cálculo, el registro y la reducción de emisiones de CO2 en empresas, y aunque parte de sus disposiciones son solo voluntarias, cada vez hay más organizaciones que apuestan por anticiparse.
En esta guía te explicamos cuáles son las principales obligaciones legales que tienes que cumplir, cómo puedes y debes hacerlo, y los grandes beneficios que pueden suponer integrar la sostenibilidad como parte de la estrategia de tu empresa.
¿Qué es el Real Decreto 214/2015 y qué regula?
El Real Decreto 214/2015 establece las bases para promover un modelo productivo que sea mucho más respetuoso con el medio ambiente, y lo hace regulando algunos aspectos clave como son el cálculo, el registro de la huella de carbono que se produce en España y los planes voluntarios de reducción.
Su objetivo es claro: fomentar que empresas, entidades y administraciones públicas calculen y registren sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) para facilitar su reducción de forma progresiva.
El decreto aplica de forma voluntaria, pero está orientado especialmente a empresas con impacto ambiental significativo, administraciones públicas, organizaciones del sector energético, transporte, agroalimentario o manufacturero, entre otros. En muchos casos, además, es un requisito cada vez más común en licitaciones y ayudas públicas.
Además, el Real Decreto 214/2015 de huella de carbono permite a las organizaciones obtener un sello oficial del MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) que certifica su compromiso ambiental. Este distintivo reconoce públicamente a las empresas que no solo calculan y registran su huella de carbono, sino que también implementan planes de reducción.
Así, el decreto actúa como un puente entre el cumplimiento normativo y las estrategias de sostenibilidad de las empresas en España, aportando valor reputacional y alineándose con los objetivos de descarbonización nacionales y europeos.
¿Qué es la huella de carbono y por qué es relevante para las empresas?
Entender la huella de carbono es el primer paso para abordar las obligaciones del Real Decreto 214/2015.
La huella de carbono es la cantidad total de gases de efecto invernadero emitidos directa o indirectamente por una organización. Se mide en toneladas de CO2 equivalente y permite conocer el impacto climático de la actividad empresarial.
Su relevancia va mucho más allá del cumplimiento legal: afecta a la reputación corporativa, la posibilidad de acceder a subvenciones públicas, la preferencia de clientes e inversores, y refleja el compromiso real de una empresa con la sostenibilidad. La tendencia regulatoria apunta hacia la futura obligatoriedad del cálculo y registro, por lo que anticiparse puede marcar la diferencia.
Cuadro resumen de obligaciones del Real Decreto 214/2015
A continuación, te presentamos un resumen práctico de las principales obligaciones de huella de carbono para empresas según el Real Decreto 214/2015. Este esquema ayuda a entender qué es obligatorio, qué es voluntario y en qué casos conviene actuar.
Concepto | ¿Es obligatorio? | ¿Para quién aplica? | Periodicidad | Requisitos |
Cálculo de huella de carbono | No (voluntario) | Empresas, entidades públicas y privadas | Anual | Alcance 1 y 2 obligatorio; 3 opcional |
Registro en MITECO | No (voluntario) | Empresas con actividad significativa en España | Recomendado anual | Memoria técnica, certificados y datos de emisiones |
Plan de reducción | No (voluntario) | Organizaciones que registran la huella | Actualizable cada 4 años | Debe contener medidas concretas y cronograma |
Sectores más implicados: industria, transporte, energía, agroalimentario, construcción, turismo.
¿Qué beneficios tiene cumplir con el registro de huella de carbono?
Registrar la huella de carbono y adoptar medidas de reducción trae consigo múltiples ventajas, más allá del simple cumplimiento del Real Decreto 214/2015:
- Acceso a ayudas públicas. Algunas subvenciones ambientales o de eficiencia energética requieren haber registrado la huella de carbono en el MITECO.
- Ventaja competitiva. En licitaciones, concursos y acuerdos comerciales, mostrar el registro oficial y un plan de reducción puede inclinar la balanza a tu favor.
- Cumplimiento anticipado. El cálculo de huella de carbono podría ser obligatorio en el futuro. Comenzar ahora permite adaptarse con tiempo, sin improvisaciones.
¿Cómo pueden las empresas calcular y registrar su huella de carbono?
Cumplir con la normativa de huella de carbono implica un proceso técnico, pero totalmente abordable con asesoramiento especializado. Aquí te explicamos los pasos principales sobre cómo calcular la huella de carbono.
Pasos para calcular la huella
El cálculo se basa en tres niveles de emisiones, conocidos como alcance 1, 2 y 3:
- Alcance 1. Emisiones directas (vehículos propios, combustión in situ).
- Alcance 2. Emisiones indirectas asociadas al consumo de electricidad.
- Alcance 3. Otras emisiones indirectas (viajes, proveedores, residuos).
Para calcularlas, puedes utilizar herramientas oficiales como la calculadora del MITECO, hojas de cálculo estandarizadas o plataformas especializadas, siempre validando las fuentes de emisión y factores de conversión utilizados.
Registro en el MITECO
Una vez calculada la huella de carbono, el siguiente paso es registrarla en el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO).
Documentación necesaria:
- Memoria de cálculo.
- Certificación de emisiones (si procede).
- Plan de reducción (opcional, pero recomendable).
El proceso se realiza de forma telemática a través de la sede electrónica del MITECO y puede tardar varias semanas.
Plan de reducción
Diseñar un plan de reducción de emisiones voluntario es una oportunidad para mostrar compromiso real con el medio ambiente y acceder al sello con reconocimiento adicional.
Este plan debe incluir:
- Medidas concretas (cambio de flotas, eficiencia energética, energías renovables).
- Objetivos temporales.
- Indicadores de seguimiento.
Además, se recomienda actualizar el plan al menos cada 4 años, evaluando su cumplimiento y añadiendo nuevas acciones según la evolución tecnológica o normativa.
Conclusión: la sostenibilidad como parte del cumplimiento estratégico
El Real Decreto 214/2015 de la huella de carbono no es solo cuestiones técnicas, sino una oportunidad para que las empresas se posicionen como referentes en sostenibilidad. Adoptar estas prácticas con anticipación fortalece el cumplimiento legal, mejora la competitividad y prepara a la organización para futuras exigencias normativas. Si tu empresa necesita evaluar su situación, calcular la huella o registrarla correctamente, desde Ábaco Auditores Consultores podemos ayudarte a hacerlo con rigor, eficiencia y visión estratégica.